Los que salíamos de Madrid habíamos quedado el viernes a las 9 en la gasolinera del avión para hacer la ruta juntos.
Como sería lo habitual el resto del finde de semana, la ruta era la más rápida al destino sin pagar peajes, así que subimos hasta Zaragoza, luego Lleida, Manresa, Vic, Olot, Figueres y finalmente Cabo Creus.
En una gasolinera a la altura de Cervera, cuando ya estábamos poniendo el casco para salir, nos pitó una F800Gs que resultó ser Xineta. Le esperamos para subir juntos, pero resultó que la moto de Xineta tenía otros planes; cuando echaba gasolina en el depósito, caía por debajo al suelo. Estuvimos un rato viendo si lo podíamos arreglar y luego buscando un concesionario BMW en el que, después de 2 horas, le dijeron que no tenía arreglo “rápido” y que tenía que dejar la moto allí. Una pena por Xineta, peor el año que viene ya haremos algo.
Seguimos ruta a Cadaqués, que era dónde teníamos el hotel y llegamos sobre las 22.00. Nos juntamos con el resto, unas cervezas, cenamos mientras hablábamos sobre los detalles para el día siguiente y terminamos yendo a dormir sobre la 01.00. Ese día habían caído 747km.
Habíamos quedado a las 05.30 para salir del hotel dirección al cabo. Mezcla de sentimientos; responsabilidad ante el reto que teníamos y muchísimas ganas de completarlo y pasarlo bien. Fresca mañanera en Creus que nos hace muy fácil las primeras curvas del día para llegar al cabo. Llegamos unos minutos antes y la paz que había en el sitio era embriagadora. Preparamos las motos para hacer la foto con la salida del sol mientras que un tío llegó con unos bongos y se puso a tocar durante todo el amanecer. Muchas fotos y a las 6.20 más o menos iniciamos la ruta.
Se fueron haciendo grupos en función del ritmo de cada cual, aunque todos teníamos la misma ruta en el GPS por lo que nos fuimos encontrando a lo largo de la ruta. El primer trozo hasta Lleida se hizo bien, no aparecían muestras de cansancio y la temperatura nos mantenía frescos. En todos los repostajes aprovechábamos para hidratarnos y comer algo rápido y ligero. A la salía de Zaragoza en dirección Logroño, hay 30km de línea continua y limitados a 80 lo que hizo un poco tedioso el tramo pero luego fuimos recuperando cuando se desdobló la carretera. A unos 50km de Burgos paramos a comer un bocata y un café que sería toda la comida del día.
El tramo Burgos-León por esa autopista, a las horas centrales del día se hizo complicado y empezó la parte dura del viaje dónde el cansancio ya comenzaba a relucir y había que ir buscando nuevas posturas en la moto para descansar culo y brazos. Normalmente no uso el control de velocidad porque no me gusta su funcionamiento pero ese tramo lo hice casi entero con él activado para descansar los brazos. Pasado León, la carretera se vuelve mucho más entretenida, nos acercamos a Galicia y todo se empieza a poner verde, con muchos bosques.
Durante toda la ruta estuvimos recurriendo a trucos para hacerlo más llevadero. Pensar en completar tramos pequeños, procurar no mirar mucho el reloj, motivarse imaginando en un mapa el camino que ya habíamos recorrido.
Un par de paradas más en tierra gallegas y ya estábamos cerca de “la meta”. La euforia por terminar hacia menos evidente el cansancio y los últimos km de curvas se hicieron muy divertidos y reconfortantes después de haber realizado largas tiradas de autovía.
Llegamos en varios grupos separados por una hora en total. La alegría de los locos que habían hecho el reto era muy alta y la gente que estaba por allí flipaba cuando nos veía abrazarnos y reírnos. Todavía quedaba más de una hora para la puesta de sol, así que hicimos fotos delante del faro y preparamos las de la puesta de sol, aunque unas nubes nos impidieron verlo del todo.
A las 23.15 nos sentamos a cenar con muchas anécdotas de un día largo (1.293km en mi caso) y magnífico de moto.
El domingo no madrugamos mucho, y salimos de ruta a las 10.00 o así. Vuelta por la costa gallega con unos pueblos preciosos, para luego acercamos a las inmediaciones de Santiago. Unos tiraron dirección al País Vasco y los demás bajamos en dirección Orense. Paramos a comer algo junto para ver la carrera de Moto GP y a la salida, los de Zamora tiraron por un lado y los de Madrid por la autovía que llega a Benavente para pillar la A6. Tuvimos un pequeño aviso de que el sueño y cansancio nos podían jugar una mala pasada así que paramos a refrescarnos y buscar trucos para ir más atentos. La entrada en Madrid fue difícil, atasco los últimos 120km y con mucho calor que sacó a relucir el agotamiento que teníamos, pero despacito y con buen letra conseguimos llegar a casa sin más problema.
Al final, en mi caso han sido 2786km en tres días con unos 26h y media subido en la moto. Compartir ruta y risas con este grupo ha sido una muy buena experiencia, aunque los que íbamos éramos ya viejos conocidos menos el hermano de Txague y ya sabía que el buen rolo y buen montar en moto iba a estar ahí.
Gracias Zaba, Aputxiano, Enrique, Clypeata, Cabulto, Diekenes, Txague y Txaguin por estar tan locos como yo y compartir una experiencia que contaremos de mayores en los bares con una cerveza.
La RT, que os voy a decir. Impresionante, incansable y te cuida mucho mientras te entrega toda la fuerza que puedas necesitar en cualquier momento.
Ahora a preparar algo para el año que viene, que ya hay varias ideas, jejeje.
) y yo salimos de Zamora sobre las 9.00 de la mañana del viernes.
