Pensareis que estoy chiflado hacerme en un día 900 km y la verdad es que a veces lo pienso, pero bendita locura, no solo el tiempo que empleo preparar en casa la ruta y en recorrer el trayecto si no en visionar y revelar las fotos que luego comparto con vosotros, son muchas horas de trabajo, pero me sirven de entretenimiento, por otro lado pienso que todo lo que no se haga ahora no lo harás luego, vamos cumpliendo años y no hay que desaprovechar el tiempo.
Una vez en la pista y al cabo de unos 4 o 5 km veo a lo lejos como un casco de motorista o algo así al principio pensé que sería alguien en moto, pero cual es mi sorpresa y asombro al ver a 9 tíos y una mujer vestidos de legionarios romanos, con todas sus armas escudos y demás parafernalia, para un rato con ellos y me explicaron que estaban recorriendo la vía romana como lo hicieron los romanos, nos hicimos unas fotos y seguí mi camino, pero al parar para hacer una foto me di cuenta que no había metido la tarjeta de memoria en la cámara, que faena eso significaba que las fotos que me hice con los romanos no existían, apunto estuve de darme la vuelta para volver a hacerme las fotos con ellos pero me dio corte y continué. La pista iba todo el rato en ascenso con unas cuantas zetas muy chulas, a la izquierda dejábamos un valle precioso, la verdad es que pasa un poco como cuando vas a Gredos allí todo cobra otra dimensión por la magnitud de las montañas a diferencia de Gredos que casi todo es roca, aquí es casi todo verde.
El día estaba despejado pero en cuestión de unos pocos minutos empezaron a aparecer nubes y se cubrió, por eso le he dado ese nombre a la crónica, las nubes pasaban por encima de mi a toda velocidad, la verdad es que me temí lo peor que se pusiera a llover, pero por fortuna no lo hizo, eso si me fastidio un poco las vistas, que se le va hacer, no se puede tener todo.
Seguí el camino, con precaución, aunque las pistas no presentaban la menor dificultad, cualquier despiste te puede costar muy caro y aquí se esta muy lejos de cualquier población, las pistas al margen izquierdo presentaban un desnivel increíble, daba miedo acercase por si acaso.
La verdad es que me encontraba feliz, el sitio había superado todas mis expectativas, recorrer semejantes parajes en la más completa soledad le da un plus al asunto. Coronaba una montaña y ya tenía otra a la vista, pero de repente la pista que seguía empezaba a descender, esta me llevaría a un valle precioso que recorrí por algunos kilómetros, para posterior mente volver a subir, hubo momentos y a pesar de mi experiencia, que me desoriente, por la cantidad de pistas que salen por todos lados, bendito invento lo del GPS, sin el recorrer todo esto sin conocerlo seria casi imposible, aunque yo lo hice bastante en tiempos con los mapas topográficos del ejercito, joer que tiempos, aun conservo algunos mapas
Otra vez para arriba, esta vez las pistas ya no eran tan amplias y marcadas, es más algunos tramos los habían desbrozado recientemente y mi miedo era que pinchase con algún tronco de piorno, que quedan como cuchillas, extremé la precaución para no meter la rueda por uno de ellos.
Esto no tiene fin, enlazas un valle con otro a cual más bonito, pase por algunos bosques de hayedos impresionantes, en otoño debe de ser todo un espectáculo de color, pero en cuanto ganaba altura desaparecían para dar paso a piornos, erizones y otras especies de alta montaña.
Pare un buen rato en una pradera, me tumbe al sol e hice alguna foto y a seguir que ya iba quedando poco y había que saborearlo bien.
Ya iba a iniciar el descenso, me daban ganas de continuar aún sin conocer las pistas pero el tiempo había pasado y me quedaba mucho para volver a casa.
Bueno pues esto es lo que dio de si la cosa, espero no haberos aburrido con tanta foto y con mis historietas.
gracias por compartir
