Como viene siendo habitual los primeros kilómetros son por carretera, hasta que diviso al lo lejos a lo alto de una colina una silueta que parece un elefante y mi curiosidad me obliga a ir a ver que es aquello, cuando me acerco observo que es un gigantesco mamut de fibra de vidrio, pero la verdad es que está chulo.
Sigo mi camino hasta dar con la primera pista de tierra, terreno este que ya no abandonaría hasta el final de la ruta, durante el camino se van sucediendo una serie de formaciones muy peculiares producidas por la erosión, la verdad es que es muy curioso de ver y más si cabe para alguien que va desde Madrid y no está acostumbrado a este tipo de terrenos.
Subo hasta un parque eólico y lo atravieso para posteriormente descender hasta un valle, con otras formaciones rocosas erosionadas, que presentan una especie de agujas gigantescas, todo un deleite para la vista.
Cuando tracé la ruta, había una parte, que no lo tenia muy claro, en las ortofotos parecía una pista, pero en los mapas topográficos no venia nada y cuando me aproximo el camino de repente se termina, me bajo de la moto para inspeccionar y detrás de unas encinas sale una especie de rambla llena de piedras, tenía la carretera no muy lejos la podía haber cogido y esquivar la subida de la rambla, pero hay que darle un poco de pimienta al asunto así que decido subirla, me diréis que insensato yendo solo en un terreno que no conoce asumir ese riesgo y os digo que si que es algo arriesgado, pero más arriesgado es ir al trabajo en moto y ponerte a merced de un conductor distraído con el móvil o con un conductor egoísta que por avanzar unos metros en el atasco se cambia de carril sin ni siquiera mirar, al menos en la rambla depende de mi, de mi confianza y mi pericia, en ciudad dependes de los demás.
Una vez arriba y menos mal salia otra pista, la baje y de nuevo en un amplio valle donde los cultivos de cereal son los reyes.
Atravieso un pueblo y sigo por amplias pistas hasta mi siguiente objetivo, un fortaleza medieval, en un estado muy malo de conservación, bueno como casi todo, es una pena ver el amplio patrimonio que tenemos y lo poco que lo valoramos, subí hasta la atalaya y la verdad que pasas miedo, por temor a que se desmorone y te aplaste, ¡una pena!.
Voy pasando pueblos pequeños, hasta llegar a uno que tiene un "gran castillo " y una iglesia románica junto a el, paro a hablar con una señora que me cuenta que están muy apenados por como están abandonados la
iglesia y el castillo.
Ya me voy acercando al final de la ruta y en el camino me encuentro con mas formaciones curiosas, producidas por la erosión que junto con el color ocre de la tierra convierten a estas en un autentico espectáculo y más al atardecer como en este caso.
Y para finalizar la ruta la guinda al pastel un impresionante cañón, todo un espectáculo a la puesta del sol.
Una vez salí del cañón todavía me quedaba una buena tirada de pistas hasta llegar a carretera y ya desde allí hasta casa, como siempre un montón de horas y de kilómetros, pero es lo que tiene el destierro .
Bueno esto es todo, tengo vídeos, pero hasta dentro de unos días no lo tendré acabado, ya lo subiré cuando esté.
